Descripción
Hace más de tres décadas un accidente de natación dejó tetrapléjica a Joni Eareckson Tada. En aquel momento ella se cuestionó cómo un Dios de amor podía condenar a una joven activa a una vida en silla de ruedas. Hoy está agradecida porque desde ese lugar es desde donde Joni ha descubierto a un Dios que es tan sublime que ninguna circunstancia, no importa cuán terrible sea, podrá separarla a ella (o a ti) de su amor: intenso, tierno y eterno.