Descripción
Los cristianos tendemos a separar nuestro pensamiento en dos categorías: las áreas «espirituales» y las áreas «neutrales». cuando conversamos de un tema teológico o «espiritual» usamos las Escrituras para orientarnos, pero cuando tratamos de otros temas como la política, la economía, o el arte, por ejemplo, frecuentemente nuestras opiniones no tienen ninguna relación con nuestra fe cristiana. El resultado es que vivimos una especia de «doble vida». Tal como nos falta integridad moral, nos falta integridad intelectual.