Descripción
La mayoría de los jóvenes no consideran sus acciones a la luz de un día de juicio. Muchos cristianos erróneamente piensan que porque son «salvos por gracia» no tendrán que dar cuenta por sus palabras y acciones. La Biblia enseña que todos tenemos una carrera que correr y una meta que cruzar en la vida. ¿De qué manera debemos correr esas vueltas en la pista para poder ganar el premio al final? Este mensaje alentará a los jóvenes y a los padres a correr la carrera con propósito y esperanza.