Descripción
Un análisis bíblico de cómo Dios dispuso los dones por medio de su Espíritu para enriquecer la vida de su iglesia y producir el fruto más dulce y apetitoso que el mundo necesita: la vida eterna. Cuando el creyente aprovecha esta gracia de Dios, en su vida se refleja la alegría del Espíritu,el servicio no resulta una carga, y surgen hermosos frutos que llevan en su interior la semilla del evangelio que tanto necesita el mundo de hoy.